jueves, 19 de agosto de 2010

La melodía. (Homenaje a Haneke)

Antes de preparar la cena, Paula se pone a planchar en el salón de su casa mientras ve un documental sobre animales salvajes. Ha amontonado la ropa arrugada en un sillón que está a su izquierda y va cogiendo las diferentes prendas con un movimiento pausado pero constante, levantando a menudo la vista de la tabla para mirar el televisor y mostrando una mezcla entre interés y distracción para matar el rato. En frente del sillón y también a su izquierda hay una mesita redonda con una botella de vino y una copa que llena y va tomando de vez en cuando. Plancha la ropa de manera metódica y precisa, como si fuera lo único que hubiera hecho en los últimos años. Está vestida con ropa cómoda de estar por casa y se ha recogido el pelo oscuro en una coleta alta dejando ver una cara expresiva de tez blanca.
Paula es una mujer de mediana edad que trabaja en un teatro de la ciudad impartiendo clases de arte dramático a chavales que están comenzando su carrera actoral. Esa noche ha llegado más tarde de lo habitual a su casa y quiere dejar la ropa preparada para mañana, lo que nos hace pensar que se trata de una mujer responsable y organizada.
Apenas lleva quince minutos con la tarea cuando comienza a escuchar unos chillidos agudos de niño seguidos de unos insultos de voz masculina provenientes del piso superior. Es un diálogo desgarrador e inoportuno que comienza con un volumen bajito y sube hasta un tono inapropiado.
De repente el semblante de Paula se vuelve rígido y el rostro se le oscurece. Con un gesto automático deja la plancha en posición vertical y sube la cabeza como si fuera a ver a través del techo lo que está sucediendo, que por otra parte, no es muy difícil de imaginar. Vuelve a bajar la cabeza, coge el mando de la tele y quita el volumen para escuchar mejor. Apoya los brazos en la tabla con actitud de malestar, mirando hacia los lados con esa expresión de saber perfectamente “lo que está sucediendo”, mientras las aletas de la nariz se le hinchan y su boca adquiere un mohín de desagrado. Así se queda durante unos segundos, sin saber qué hacer, escuchando paralizada el himno de la desgracia que desaparece del aire tal y como vino.
Sin poder relajar los músculos de su cara, comienza impredeciblemente a volver a planchar, como si lo que acabase de escuchar con claridad no hubiera existido y fuera producto de su mente, pero su actitud es la de quien sabe lo que está ocurriendo y no hiciera nada al respecto. Sigue planchando, primero despacio con la vista fija en la tabla y luego con más energía como si quisiera espantar los malos pensamientos, pero ahora sus gestos son tensos y la manera de coger la ropa ya no es la de antes, sino más nerviosa. Hace una parada para tomarse de un solo trago la copa de vino y al terminar deja caer los brazos en actitud derrotista, alzando la cabeza con los ojos cerrados y respirando profundamente. Tras esta pausa, retoma la actividad.
De repente los gritos vuelven, pero ahora también acompañados de llanto y pasos atronadores por el pasillo. Paula vuelve a coger el mando del televisor para subir la voz hasta un volumen más alto que al principio y mientras plancha, ve la pantalla sin prestar mucha atención a lo que dicen; sólo quiere que el documental apage el odioso espectáculo de sus vecinos.

4 comentarios:

  1. Interesante historia. Es curioso que prefiriera siguiendo ver el documental de los animales salvajes, cuando la salvajada esta en la misma vida real.
    Es una historia que te hace pensar, como pensar nos hace el propio Haneke. A Haneke Le encanta Hurgar en nuestras "conciencias " y es un autentico provocador. En todas sus peliculas, con sus historias, nos hace pensar. La culpabilidad.., la conciencia.., el ser humano...el exitencialismo... Utiliza sus peliculas para despertarnos y obligarnos a reflexionar sobre nuestra actitudud frente a los otros.
    Y esta historia me ha recordado al comportamiento del personaje interpretado por Daniel Auteuil, en la pelicula caché. cuando se toma 2 pastillas para dormir. Como muchos hacen frente a la mala conciencia que sentimos por el resto del mundo. Cada uno escoge qué "pastilla" tomar.
    Dá para mucho esta historia, y Haneke.........

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  2. Estas de vuelta por akí.
    Si, Haneke es experto en desarmarnos con las cosas cotidianas que se esconden tras las puertas de las casas. Adoro a este director. Hace mucho que vi código desconocido y esta escena se me quedó grabada (como tantas otras). Tenía ganas de escribir sobre ella.

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  3. Si,estoy de vuelta por aqui.
    Por casualidad encontré tu blog, y me gusta lo que escribes.
    Y además hay más gente que lo lee, al igual que hay muchisima gente que lee muchos blogs aunque no opinen.
    Ocurre lo mismo con la radio.
    Asi que lo que escribes nunca sabes quien lo puede leer......
    Veo que coincidimos en muchas cosas. A mi también me gusta Haneke. Me encantan sus giros engañosos en sus peliculas. Juega totalmente con el espectador, con nuestras mentes!. Se permite ese gran lujazo, y solo los grandes directores, con arte, lo consiguen.
    Tiene un talento innato para jugar con la mente humana.
    A haneke lo descubrí-conocí en unas declaraciones suyas hace años sobre los medios de comunicación que me llamaron la atención. Sus polémicas observaciones sobre los medios y su relación con la violencia, la alienación y la catástrofe social. La influencia de los medios audiovisuales. Esa perdida colectiva de la realidad y de la desorientación social.
    Lo que sabemos del mundo, decia, es poco más que el mundo mediático, la imagen. No tenemos realidad, sino un derivado de la realidad.
    Ya te digo que de él se puede estar hablando siglos........
    Es un hombre polémico y muy abucheado, pero curiosamente hace años fue abucheado en Cannes por el público pero fue un reproche que contrastó curiosamente con la aprobación ese mismo año de su pelicula que permaneció durante 33 semanas en cartelera en Estados Unidos.
    Eso lo dice todo.
    Hay demasiada hipocresia.
    A mi también me llamó la atención esta pelicula de la que hablas y la escena. Pero no solo esa escena. Aparte de la escena me da que también te debió gustar la actuación de Juliette Binoche, y su capacidad de transmitir desde el silencio, ¿O no?.
    Y llama mucho la atención su papel. Una actriz muy buena y muy segura en su trabajo, lleno de personajes complejos que borda con perfección, pero muy insegura en su vida personal? Curioso, no?. Y eso se plasma en la escena del metro, pareciendo una niña indefensa más que una mujer decidida.
    Y sin duda esta escena, la que cuentas, que reitero que a mi también me llamó la atención. Da para muchisimo....
    Un claro reflejo de la sociedad en la que vivimos.
    Vamos, como la vida misma.

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  4. A que no se me ha notado nada nada que me gusta haneke?...

    Madre mia.

    Hasta se me ha colado mi correo, que ni se como ha sido, sera la pasión---

    Cuidate

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