El descaro del silencio me deja el regusto agridulce de la distancia y con ella el olvido y con él la transformación. Deshago lo andado y cojo la otra calle, la que me lleva a un barrio sin memoria. Así que me armo de paciencia y me pongo mis mejores zapatos para caminar por sus aceras, con la calma, o lo que me queda de ella.
domingo, 13 de febrero de 2011
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"El descaro del silencio me deja el regusto agridulce de la distancia".
ResponderEliminarGrande.
Gusto tenerla por aquí, señorita Vargas
ResponderEliminarGustazo leerla. ;*
ResponderEliminarPásese cuando quiera por nuestro blog.
(Ya lo conocías,no?)
Por si acaso, te dejo el link:
http://terapiadeconstructiva.blogspot.com/