Todas las noches antes de dormir, una niña llamada Alicia le contaba un cuento a su gato para que se hiciera un ovillo a su lado y ronroneara a ritmo de poesía.
Una noche, Alicia olvidó abrir el libro de fantasía y se quedó dormida sin haberle hablado a Fuz, (así es como se llamaba el minino) de aquellas ciudades perdidas llenas de gatos valientes y elegantes siamesas. Fue entonces cuando Fuz tomó el libro y lo abrió por la mitad, encontrando una increible historia de niños que no comprendían los temores de los mayores, y de cómo los primeros se sorprendían ante las contradicciones de los segundos, cuando en realidad la vida para aquéllos era muy sencilla.
Sin hacer ruido, como es costumbre en los felinos y más en los gatitos caseros, Fuz se tumbó junto a la almohada de la niña y suavecito comenzó a hablarle del miedo que los mayores tienen a sus propios rinconcitos, que en algunos casos se llaman inseguridades y en otras simplemente soledad, y que por muy oscuros que éstos fueran, siempre estarían iluminados por las velas de la gente que les quiere y sobre todo, por los grandes candelabros de sus propios corazones. Fuz quería a Alicia y sabía que por muchos rinconcitos oscuros que tuviera cuando se hiciese mayor, nada podría con sus ganas de amar y sonreir.
Los gatos saben muchas cosas que los niños desconocen. Quizá por eso, siempre se enroscan entre las piernas de los más pequeños...
¿sabes que los gatos se deprimen si sus dueños sufren cambios de humor? Así está el pobre Jean Pierre
ResponderEliminar:)
mua!
MancantaoooooMiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuu!!
ResponderEliminarYo tenia un gatito, FUS y una gatita llamada TA que bailaban el Foxtrot o " trote del zorro"................
La Gata bajo la lluvia te manda 23Fuuuuuuusss
:) :) Muac!
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