En el tratado hipocràtico sobre las vìrgenes, leemos que la menarquia (primera menstruaciòn) produce alucinaciones porque la boca del ùtero no està lo suficientemente dilatada para los coitos y no deja salir la sangre, con lo que èsta se sube al corazòn y los pulmones produciedno fiebres e impulsos suicidas. Algunas, llevadas por esta locura se tiran a los pozos y se ahogan. La prescripciòn de los mèdicos ante tales sìntomas es casar de inmediato a la jòven porque si queda encinta resultarà curada.
En clave de cuento afirma un personaje del Timeo de Platón que el útero
es como un animalito impaciente por engendrar; si no se lo complace, se
pone nervioso y recorre todo el cuerpo, impidiendo la circulación del
aire por él y produciendo así graves trastornos. Pero lo del útero
errante se encuentra bien desarrollado en los tratados de medicina;
cuando se seca por falta de semen, se contrae y se desplaza, ocasionando
distintas patologías en función de donde se detenga.
Afirmaba un médico hipocrático que la mujer experimenta un placer sin
interrupción desde los preliminares hasta el momento de la eyaculación,
en que el efecto refrigerante del semen pone punto final a su histeria.
Creo que voy a vomitar...
Creo que voy a vomitar...