martes, 7 de octubre de 2014
Pinball
Claudia vivía con el corazón amarrado a la muñeca. Decidió sacárselo del pecho porque notaba que le crecía por momentos y le apretaba el esternón. Además cada latido le retumbaba en las sienes y de ahí rebotaba como en el pinball por todas sus arterias hasta que salía por la boca en forma de grito.
Con el corazón colgando, Claudia se sentía menos sofocada y más acompasada porque le daba cuerda como un reloj de bolsillo y así podía vivir con la tranquidad de amar sin agobios.
Mismidad
En el día mas tórrido de un verano muy lejano perdí el calor de mi cuerpo que se fue sin decirme adiós. Lo vi alejarse con su refracción engañosa, atraído por una voz.
Ahora me deslizo sobre un mar de hielo, como los patinadores danzando apasionadamente con mi otra parte.
La pasión de la nueva Eva.
Soy un ser exotérmico.
martes, 19 de agosto de 2014
Náufragos
Nadie te nombra, sólo te piensan en sus mentes corrompidas, tristes y vacías por la falta de amor propio. Esos cuerpos que se arrastran desesperados por amanecer contigo dentro como sus propias tripas, enroscadas asfixiándoles.
Nadie te nombra pero tu sabor, amargo como un vecindario sin niños, corroe las lenguas secas de quienes un día tuvieron la mala suerte de encontrarte.
Nadie te nombra pero los que te conocen bien saben que tu sombra no es negra, es infinita.
domingo, 10 de agosto de 2014
Jengibre
Había pasado mucho tiempo desde que Ana escuchó hablar por
primera vez del jengibre. Siempre con esos efectos rondándole la cabeza: aumento
de la temperatura corporal, dilatación de los vasos sanguíneos… casi con el
mismo halo de los estimulantes naturales. Así que un día la curiosidad le
tendió el camino hacia la experimentación y así, en un alarde de buen gusto, eligió
en el mercado la raíz más retorcida y áspera y se la llevó a casa envuelta muy cerca del
vientre.
Excitada por el tacto y aspecto estrambóticos comenzó por
pelar un brazo del rizoma, descubriendo un aroma cálido y complicados nudos,
como alguien que se resistiera a ser desnudado.
Pasó los dedos por la carne aromatizada y se los llevó a la nariz para
aspirar fuerte. De golpe un montón de sensaciones y un tropel de saliva se
agolpó entre sus dientes. Cortó varios trozos y se hizo una infusión picante
con un sabor desconocido. El calor le sobrevino al poco tiempo. Calor en pleno
invierno. Calor curativo.
martes, 3 de junio de 2014
las imperfecciones
Te quiero porque no te puedo pronunciar aunque diga tu nombre mil veces,
porque tu piel está encima de tus huesos y debajo de mis manos,
así, como por un descuido.
Te quiero cuando presto atención a lo que piensas, no a tus palabras
y detrás de la garganta escondes lo que callas.
Y cuando se te caen las cosas o te vistes sin pensar, te quiero aun más.
Pero lo que más me gusta es que tengas ese reino de cosas enormes
dentro de un cuerpo tan pequeño.
porque tu piel está encima de tus huesos y debajo de mis manos,
así, como por un descuido.
Te quiero cuando presto atención a lo que piensas, no a tus palabras
y detrás de la garganta escondes lo que callas.
Y cuando se te caen las cosas o te vistes sin pensar, te quiero aun más.
Pero lo que más me gusta es que tengas ese reino de cosas enormes
dentro de un cuerpo tan pequeño.
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