jueves, 13 de mayo de 2010

Tratado sobre la hojalata

Contrariamente a lo que se piensa, el Ser de hojalata tiene sentimientos; es más, si le acaricias con malicia en el costado, se tambalea de gustito y se ríe con una voz un tanto así: (voz metálico-gutural, activad vuestro sensorial sonoro).
Está claro que no necesita juntarse con repelentes niñas que van saltando sobre ningún opus reticularum ni las necesita para desoxidar sus bisagras de acero, carbono y estaño.
Lo que le pasa a este curioso personaje es que se le ha colado dentro el temor a la rutina de llevar siempre puesto su traje gris perla, pues bajo este corte de confección metálica se esconde un cuerpo vibrante y funcional, capaz de hacer sentir cosquillas más agudas de las que a él le provocan y cuya voz descansa en los acordes sensuales de una garganta que fluye.
Amante de la lógica como fundamento de su existencia (puesto que sus piezas han de encajar para que no se desgaste su capacidad productiva), el ser de hojalata es emocional en el erotismo y tierno como la chirimoya, que por cierto, es su fruta favorita, por si no lo sabíais..

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