lunes, 24 de mayo de 2010

Latidos en mi bemol mayor

Acostumbrada a probar más veces la sangre ajena que la mía propia (aunque me haya tenido que tragar litros de mi fluído en ciertas ocasiones), ha llegado el momento de llenar cubos a través de los cortes de mi cuerpo y así poder regar mi jardín de zarzas.
A veces me da asco mi propia materia y la dualidad en la que estoy encerrada y otras en cambio, me da calor. Qué se le va a hacer, esto no va a cambiar de un día para otro. Necesito una transfusión de mis pequeñas ilusiones.
Quiero ser el Perseo de mi egoísmo... bla bla bla...

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