jueves, 15 de abril de 2010

La osadía

Prometeo robó el fuego divino del Olimpo y se lo regaló a los mortales, para que no sufrieran las consecuencias de la ira de Zeus y pudieran sobrevivir en un mundo frío y harto peligroso.
Como castigo, el dios supremo envió a los hombre a la primera mujer, Pandora, quien trajo el sufrimiento a la humanidad por abrir la tapa del cofre que contenía todos los males, quedando sólo dentro la Esperanza y a Prometeo lo ató a una roca cerca del Cáucaso, condenado a sufrir la tortura de que cada noche, un águila devoraba su hígado, el cual le volvía a crecer al día siguiente por su condición de inmortal

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