viernes, 16 de abril de 2010

Que nunca me falte el absurdo

Entre la mujer barbuda y el siamés en conserva, mi mente vaga a través del cine "exploitation". Gracias a él y a su metalenguaje necio, la sociedad borderline del siglo XXI se ha convertido para mí en un compendio de imágenes pastosas cargadas de sinsentido.
Y es precisamente el sinsentido lo que para mí tiene más sentido. Y dentro del sinsentido el absurdo. Y aún hay más. Pero hay que hablar poco y escuchar mucho, así que me convierto en una matrioshka y quien quiera que abra mi muñeca más grande a ver con lo que se encuentra...

Y siempre es así. Empiezo hablando de una cosa y termino hablando de otra sin llegar a nada en concreto, pero de alguna manera hay un hilo conductor...

No se qué sería de mí sin el absurdo. Una manera de evadirme del mundo.

¿Será que sólo yo entiendo estas cosas? ¿Alguien se quiere tomar una cerveza conmigo?

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